jueves, 26 de marzo de 2009

Portabilidad y usabilidad educativa

Para comenzar con esta nueva entrada, quisiera platicarles una breve anécdota: Llevo apenas 10 años impartiendo clases, aunque las he tomado a lo largo de 21 años de mi vida, desde el kínder hasta una maestría previa; sin embargo, he de confesar que hasta esta nueva aventura virtual que ahora curso, jamás pensé realmente en el proceso de enseñanza-aprendizaje, mucho menos disfrute de mis estudios (pues estaba más preocupado por otros factores que por el conocimiento en sí). Es hasta ahora (a mis 30 años y más sabio que hace 10) que me detengo a analizar y reflexionar sobre lo que hago como parte de dicho proceso, cómo aprendo y, sobre todo, cómo lo voy a aplicar. Sinceramente, estos nuevos estudios en línea que curso, han demandado más de mí, me han hecho aprehender y hacer mío aquello que estudio, lo cual sólo me lleva a una conclusión certera: ¡estoy disfrutando mucho mi maestría!

Cuando reflexiono sobre lo anterior me doy cuenta de muchas cosas, una de las cuales fue clarificada por la lectura del texto de Alfonso de León Medina (2007), pues me hizo entender todo el proceso que conlleva crear estos cursos, que ahora me animan a seguir estudiando, así como todo el andamiaje de aportaciones intelectuales y físicas que hacen posible estos cursos en línea, desde los ingenieros hasta los profesores, debido a que, como señala de León (2007), “cada integrante [en el proceso de creación de un curso en línea] es pieza clave en el proceso de aprendizaje del alumno”; así, todos son merecedores de mi respeto y gratitud, ya que a partir de su visión de una nueva modalidad de educación —en línea con apoyos audiovisuales— hacen posible que yo, y seguramente muchos otros, podamos tener la voluntad de seguir aquí.

Seguramente existen muchas otras herramientas de apoyo que yo no utilizo, y que prometen una educación con miras a seguir desarrollando una visión más centrada en el alumno, algunas de las cuales revolucionarán la educación, tanto en línea como presencial. No obstante, este breve texto se delimitará a hacer una breve reflexión sobre algunas herramientas usadas actualmente: los apoyos audiovisuales en internet, el radioCHAT, el aprendizaje móvil y los pizarrones digitales interactivos (PDI).

Los apoyos de audio y video para los cursos impartidos en línea, lejos de ser un mero entretenimiento o distracción para el alumno, poseen características didácticas específicas, ya que sirven de apoyo para la comprensión de textos o temas del curso, guían al alumno hacia los aprendizajes esperados y permiten un acercamiento continuo y asincrónico a reflexiones y/o conocimientos realizados por los profesores. Los apoyos audiovisuales poseen ventajas, tales como disponibilidad adaptada a las necesidades del estudiante, presentación dinámica, integración de diversos elementos (videos, gráficos, textos, etc.) y un acceso irrestricto e inmediato a los miembros del curso; sin embargo, los apoyos audiovisuales también poseen desventajas, entre las cuales podemos contar la excesiva duración de algunos videos (con lo cual se pierde su capacidad pedagógica), la poca claridad que se muestra en algunos videos y la lentitud con que se ven en línea, estas dos últimas dejarán de serlo conforme los procesadores de gráficos y el ancho de banda de internet mejoren (De León, 2007).

El radioCHAT fue un proyecto de transmisión de audio interactivo, que buscaba satisfacer la “necesidad de un espacio de acercamiento que permitiera una retroalimentación flexible y rápida de los asuntos que se están tratando en el curso [en línea]” (Burgos, 2007). Así, la finalidad de dicho proyecto se dirigía a promover una mayor interactividad en un ambiente meramente auditivo como lo era la radio por internet, al implementar un canal directo (por escrito) de comunicación con quien transmitía por radio. Asimismo, con el uso del radioCHAT, se buscó volver a la radio un medio instructivo, al “considerar su uso como un elemento de apoyo al proceso de enseñanza-aprendizaje” (Burgos, 2007).

El uso del radioCHAT posee diversas ventajas, tales como la flexibilidad de tiempo y espacio para acceder a él; la ampliación de oportunidades educativas, al multiplicar los espacios de interacción y comunicación; y la facilidad de aceptación natural que posee inherentemente la radio, al ser un medio sumamente flexible en cuanto a su uso.

El proyecto radioCHAT, adoptado por la Universidad Virtual, tuvo como finalidad ofrecer una alternativa de acceso remoto mediante las diversas bondades del medio, para así permitir una mayor interactividad, “haciendo, actuando y respondiendo a través de la interfase de la computadora, con las personas o con otro ambiente” (Burgos, 2007), que, redundará, en un mayor grado de retención de conocimientos al incluir diversas preferencias de aprendizaje en un solo ambiente (el radioCHAT); esto es, el alumno mejorará la retención al leer (chat), escuchar (radio) y ver, escuchar e incluso explicar (radioCHAT).

Por otro lado, el aprendizaje móvil, para adecuarse a las tendencias de las leyes de Moore y Kryder (Burgos, en prensa), es la respuesta a la portabilidad tecnológica que brindan las nuevas tecnologías de información y comunicaciones (TIC); es decir, es “el uso de la tecnología móvil e inalámbrica [PDA, eReader, netbooks, celulares y demás] aplicada con fines educativos […] que favorecen la instrucción formal…” (Burgos, en prensa).

Es, asimismo, una herramienta flexible (en cuanto a medios y acceso se refiere), que permite una interactividad continua y en tiempo real desde, prácticamente cualquier lugar (sólo se requiere de acceso a internet).

El aprendizaje móvil promueve un acceso equitativo a la tecnología, es intuitivo y fácil de usar, permite una comunicación y colaboración constante y efectiva entre alumnos y profesores, motiva el aprendizaje activo y es ubicuo (Staudt, citado en Burgos, en prensa). De entre las características anteriores, dejé la ubicuidad al final por una razón: me parece la característica de mayor peso y relevancia para la implementación masiva del aprendizaje móvil.
Esta nueva perspectiva del aprendizaje tenderá a incrementar su impacto y aceptación (a mí me parece el paso lógico y evidente en las tecnologías de información y comunicación), puesto que la brecha generacional disminuirá a la par que la evolución de las TIC crezca, lo cual redundará en un aumento directo de los beneficios que Wagner (citada en Burgos, 2007) enlista sobre el aprendizaje móvil (los cuales, cabe señalar, crecerán a la par del desarrollo de las TIC): ubicuidad, acceso, usabilidad, eficiencia, flexibilidad, seguridad, consistencia e interactividad.

Como última herramienta en un nuevo proceso de enseñanza-aprendizaje, es momento de hablar acerca del pizarrón digital interactivo (PDI), el cual presenta diversas ventajas sobre el actual pizarrón de tiza o plumón, entre las cuales podemos destacar, muy sucintamente, las siguientes: es un medio de enseñanza que promueve la participación del alumno a través de la presentación de textos preparados, imágenes adecuadas y otras herramientas propias de una computadora; permite la recuperación y almacenamiento electrónico de lo que en él se presenta; y motiva a los alumnos y profesores a crear una verdadera comunidad de aprendizaje (Ponce, en prensa).

El PDI es un recurso que, utilizado adecuadamente tanto por los profesores y los alumnos promueve dinamismo, motivación e interactividad, ya que conjuga las bondades de las TIC con la presencia y guía del profesor, así como una retroalimentación y reforzamiento directo e inmediato.

Además, en un proceso de enseñanza-aprendizaje centrado en el alumno, la implementación del PDI conlleva, de manera intrínseca, actitudes deseables en el desempeño de un docente, entre las cuales, parafraseando a Ponce (en prensa), podemos destacar: el incremento en la creatividad al generar materiales educativos aptos para el uso del PDI, una amplia y profunda visión al momento de planear sus clases (preferentemente buscando procesos de aprendizaje significativo), una mayor habilidad y capacidad de búsqueda de información (que a la larga redundará en búsquedas más asertivas), apertura a la colaboración (conformando así un grupo de expertos multidisciplinarios en el uso del PDI) y la actualización y uso constante de herramientas tecnológicas (el mismo PDI, internet y otras TIC como espacios de búsqueda). Todas estas habilidades conllevan un crecimiento positivo en las actitudes y aptitudes de enseñanza-aprendizaje en el profesor, lo cual, evidentemente, se reflejará en el desempeño y aprovechamiento de los alumnos.

Finalmente, la aplicación de todas las herramientas anteriormente citadas, tiene como fin facilitar el acceso a la información por parte de quienes están inmersos en la educación; no obstante, aún se requiere de un compromiso serio y una revaloración de aquello que se busca lograr con la portabilidad y usabilidad del conocimiento, hecho que, por si solo, no garantiza un buen aprovechamiento, puesto que requiere de un esfuerzo cualitativo del profesor y el alumno mismo.

REFERENCIAS:

Burgos, J. V. (En prensa). Aprendizaje Móvil: El potencial educativo en la palma de la mano. En Burgos Aguilar, J. V. & A. Lozano Rodríguez (Comp.). Tecnología educativa y redes de aprendizaje de colaboración. Distrito Federal, México: Limusa.

Burgos, J. V. (2007). El reto de la radio interactiva y la tutoría virtual. En A. Lozano, & V. Burgos (Comp.). Tecnología educativa: en un modelo de educación a distancia centrado en la persona. (pp. 241 – 246) Distrito Federal, México: Limusa.

De León, A. (2007). Recursos audiovisuales aplicados a la educación. En A. Lozano, & V. Burgos (Comp.). Tecnología educativa: en un modelo de educación a distancia centrado en la persona. (pp. 187 – 208) Distrito Federal, México: Limusa.

Ponce, M. T. (En prensa). El pizarrón digital interactivo: de la experiencia de su uso en la enseñanza media a las comunidades que aprenden sobre su aplicación. En Burgos Aguilar, J. V. & A. Lozano Rodríguez (Comp.). Tecnología educativa y redes de aprendizaje de colaboración. Distrito Federal, México: Limusa.